sábado, 30 de julio de 2011

Federico García Lorca

Federico Garcia Lorca, o Lorca como se hacia llamar, fue fusilado la madrugada del 18 de agosto de 1936,  en el camino que va de Víznar a Alfacar, y su cuerpo permanece enterrado en una fosa común anónima en algún lugar de esos parajes, la fosa se encuentra en el paraje de Fuente Grande, en el municipio de Alfacar, provincia de Granada (España). Fue ejecutado por ser republicano y homosexual, considerado en esa época como un delito.


La casa de Bernarda Alba, considerada su obra maestra, fue también la última, ya que ese mismo año, al estallar la guerra civil, fue detenido por las fuerzas franquistas y fusilado diez días más tarde, bajo acusaciones poco claras que señalaban hacia su papel de poeta, librepensador y personaje susceptible de alterar el «orden social».

               Se sentía, como él lo dijo en una entrevista a El Sol de Madrid poco antes de su muerte, íntegramente español:

               Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más, yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el sólo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política.

Canzón de cuna pra Rosalía Castro, morta

(Canzón de cuna pra Rosalía Castro, morta, es uno de sus seis poemas en gallego.)

¡Érguete, miña amiga, 
que xa cantan os galos do día! 
¡Érguete, miña amada, 
porque o vento muxe, coma unha vaca! 

Os arados van e vén 
dende Santiago a Belén. 
Dende Belén a Santiago 
un anxo ven en un barco. 
Un barco de prata fina 
que trai a door de Galicia. 
Galicia deitada e queda 
transida de tristes herbas. 
Herbas que cobren teu leito 
e a negra fonte dos teus cabelos. 
Cabelos que van ao mar 
onde as nubens teñen seu nidio pombal. 

¡Érguete, miña amiga, 
que xa cantan os galos do día! 
¡Érguete, miña amada, 
porque o vento muxe, coma unha vaca! 



Alba
Mi corazón oprimido
siente junto a la alborada
el dolor de sus amores
y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
semillero de nostalgias
y la tristeza sin ojos
de la médula del alma.
La gran tumba de la noche
su negro velo levanta
para ocultar con el día
la inmensa cumbre estrellada. 

¡Qué haré yo sobre estos campos
cogiendo nidos y ramas,
rodeado de la aurora
y llena de noche el alma!
¡Qué haré si tienes tus ojos
muertos a las luces claras
y no ha de sentir mi carne
el calor de tus miradas! 

¿Por qué te perdí por siempre
en aquella tarde clara?
Hoy mi pecho está reseco
como una estrella apagada. 

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