domingo, 6 de mayo de 2012

Rosalia de Castro

«Adios rios, adios fontes, adios regatos pequenos, adios vista dos meus ollos non sei cando nos veremos.» 

Cantares Gallegos 









(1837-1885) Nació el 24 de febrero de 1837 en una casa situada a la derecha del Camino Novo, antigua vía de entrada a Santiago de Compostela (La Coruña, España). 


Fue bautizada pocas horas después de su nacimiento en la Capilla del Hospital Real, con los nombres de María Resalía Rita, y como hija de padres desconocidos, aunque se sabe que es hija del seminarista José Martínez Viojo y de María Teresa de la Cruz de Castro, de familia hidalga. 


Muy poco se sabe de su educación. Se sabe que en la escuela primaria mostró talento de verificadora. También le gustaba el dibujo, la música y la declamación. 


Pasa sus primeros años al cuidado de unas tías paternas y posteriormente se traslada a Padrón para vivir con su madre. 


Su nodriza le enseñó la lengua gallega y le hizo conocer la poesía popular en esa lengua. Rosalía de Castro contrajo matrimonio en la Iglesia de San Ildefonso de Madrid en 1858 con Manuel Martínez Murguía, destacado periodista y erudito cronista de Galicia, quien la pone en contacto con Bécquer y su círculo. Al año siguiente Rosalía da a luz a su primera hija, Alejandra, a la que han de seguir seis hijos más.


 Su domicilio cambió muchas veces, entre Madrid, A Coruña y Simancas. Rosalía nunca disfrutó de una buena salud. Luchando siempre con la enfermedad, y a menudo con la penuria, vivió dedicada a su hogar, a sus hijos y a su marido. 


Nunca aspiró a la fama. De echo, su marido fue el que la convenció de que publicara sus obras. Murió de cáncer a los cuarenta y ocho años en su casa de Padrón, que hoy es un museo. 


Todos sus hijos murieron antes que ella, sin poder dejar herederos. 


LA OBRA: Compuso sus primeros versos a la edad de 12 años. En 1857 publica su primer libro poético, “La Flor”, al que siguen “Cantares Gallegos” de 1863 y “Follas Novas” en 1880, ambos escritos en gallego. “Follas Novas” contiene su modo de ver la vida, su esencia vital. Rosalía muestra una visión sombría de la existencia humana. En los “Cantares Gallegos”, Rosalía asume la voz del pueblo gallego, situándose con esta obra como precursora, junto a Curros Enríquez y Pondal, del rexurdimento cultural de Galicia. Su obra maestra en castellano es “En las orillas del Sar”, versos de tono íntimo, de extraña penetración, cargados de nocturna belleza, publicado en castellano en 1884. Estos poemas, desprovistos de cualquier esperanza, suponen un punto de partida de la lírica moderna. Rompen con las formas métricas de su tiempo y presentan unas imágenes religiosas inquietantes y muy poco tradicionales. Galicia sólo aparece episódicamente, aunque ciertas metáforas evocan realidades de su país que es preciso defender. La emoción personal ante la felicidad que nunca se consigue resume la tremenda inutilidad que implica la aspiración a la belleza sobrenatural. Algunos de sus símbolos inspirarán a Antonio Machado. Por su parte, Juan Ramón Jiménez la sitúa entre los predecesores de la revolución poética iniciada por Rubén Darío. Aunque la crítica sitúa sus novelas muy por debajo de su poesía, es preciso mencionar que escribió y publicó La hija del mar (1859), de carácter folletinesco; Flavio (1861); Ruinas (1866), costumbrista; El caballero de las botas azules (1867) y El primer loco (1881). Merece ser considerada, al lado de Gustavo Adolfo Bécquer, como la precursora de la modernidad e iniciadora de una nueva métrica castellana. La crítica subraya su feminismo pionero.

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